El paisaje se construye desde adentro.

Aline Petterson

viernes, 13 de enero de 2017

Un día bello






Un día bello no sólo es aquel lleno de luz, de atardeceres brillantes y contrastes, también puede ser un día opaco, nebuloso y sombrío como esta tarde de enero sobre la calle King, entre la neblina y los árboles desnudos. He visto la neblina antes, siempre al amanecer sobre las montañas, entre los potreros durante una caminata matutina o por la carretera federal que bordea la ciudad antes de ir a la escuela. Por primera vez la vi entre las calles de la ciudad, durante la tarde, parecía un noviembre con la nostalgia impregnada en sus días, con la ausencia abrazando la piel, con la mirada llena de recuerdos. Los días suelen tener diferentes texturas, siempre me llenan de asombro, a veces son las aves resistiendo el invierno con su plumaje esponjado, a veces son los rayos del sol surgiendo en medio de las nubes, a veces son simplemente cristales de hielo cayendo en el aire. Hoy fue la niebla con toda su nostalgia a cuestas.

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